Por mi mente rondan mil pensamientos, un millón de ideas, grandes sentimientos, un sólo interrogante: ¿si es lo que quiero, porqué no puedo luchar por ello? Lastimosamente, nadie manda en el corazón, en quien fijarse y por quien sentir las nombradas maripositas del amor. En lo corrido de mi vida he conocido personas valiosas, amables, únicas e imborrables; amig@S que me han enseñado a descubrir lo gratificante de las victorias, de las derrotas y caídas que en ocasiones te bajan de nota. Personas que se han ganado espacios muy importantes en mi corazón. Por coincidencia del destino, conocí a un persona igual para muchos pero angelical para mí, un niño con un carisma arrollador y con un brillo en los ojos que me cautivo. Alguien que se robo ms pensamientos y mis sueños; sin entender porque día a día aumento la necesidad de hablar y verlo. Conocí el amor sincero en donde los anhelos y los temores eran compartidos. Una felicidad creada por mí, sin ser consiente de la realidad imposible de lograr tenerlo a mi lado.
Hoy escribo con desilusión, pero con la habilidad de reconocer un error llamado enamorarse de alguien imposible y ajeno. Se que olvidar los momentos felices es complicado, se que borrar palabras y expresiones de afecto es difícil, pero no imposible. Pero lo que tengo más claro es que tu destino y el mío iban por lugares diferentes; ante esto el amor que te tengo no es suficiente para cambiar lo que el destino tiene para ti.
Solo queda por despedirme y recordarte que aunque la vida daba por ti… con el paso del tiempo superare esta desilusión y encontrare el verdadero amor.
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